El caso es que (y que nadie se ofenda) por el momento no tengo esa sensación de estar fuera de casa, de hecho puedo decir que estoy a gusto de vacaciones aunque sea lejos (como la gran mayoría de mortales, no estoy descubriendo nada nuevo). Sin embargo yo creo que el señor del tiempo se dijo... "mmm, puede que después de dos semanas empiecea echar de menos su tierra". Y muy amablemente el Sr. Del Tiempo me ha organizado en dos semanas varios días de lluvia, "¡yuju!".Hasta ahora había caído agua un par de días (tormenta de verano de esta de 10 minutos, y otro ya incluso había hecho frío).
El sábado habíamos decidido programar una "salida cultural": Monasterio (en el que casi nos dejan dentro, hasta que nos escucharon gritar "no, no, no, no" -ejem-) y al Museo Matisse (que para quien no lo conozca, es el autor del famoso cuadro que hay en todas las ediciones de Gran Hermano en el confesionario --> que conste que me di cuenta en la tienda de recuerdos, hasta ese momento Matisse era un desconocido para mi). Hasta ahí sólo caían unas gotillas dispersas, lo cual no importaba e incluso se agradecía (menos turistas, refrescaba el ambiente...). En esto decididimos irnos al Museo Arqueológico (todo está pegado, a medio minuto a pie) y cuando estábamos intentando visitar la parte exterior, con sus ruinas y demás... las gotas se transformaron en goterones, y el diluvio universal empezó. Ante ese panorama decidimos volver a casa. Una hora más tarde aquello seguía cayendo con la misma fuerza, empezó a entrarme el miedo de ver aparecer el arca de Noé en cualquier momento calle abajo, el paraguas compartido entre tres (en lugar de para- aguas) se había convertido en una especie de sombrero (es decir, un elemento decorativo encima de nuestras cabezas que no hacía nada). Una vez en casa mi chaqueta la retorcí encima de la bañera (y soltó bastante agua), los playeros a un armario con una especie de calefactor (es una incógnita para mi el por qué ese armario conserva tanta calor) y yo directamente a la ducha. Y pensar que cuando estaba haciendo la maleta en casa metí los playeros de casualidad "por si algún día extrañamente llovía".
Y ¿qué hacer un sábado cuando a las 5 de la tarde sigue lloviendo?. Pues nada, decidimos dedicar la tarde a la cocina checo-española. Un pastel made in República Checa más tarde (con la historia del azúcar, levadura y demás incluída) y unas albóndigas a lo spanish después (después del sandwich mixto creo que esta ha sido la receta más elaborada que he hecho nunca), yo me quedé sin hambre para el resto del día. ¿Será por eso que dicen lo de "huele que alimenta"?.
Y a lo bobo a lo bobo así se pasó el día. Salir a la calle durante ese día imposible, de hecho muchos restaurantes cerraron antes de tiempo ya que no había gente. Para que luego digan que no hay cambio climático, si este año ha llovido más en dos semanas que en los agostos de los años anteriores juntos. De todos modos, espero que a partir de ahora venga por fin el sol y nos dejemos de tonterías, ¡que yo no me he traido paraguas! Y me niego a comprarlo.