lunes, 27 de julio de 2009

El lobo, el conejo y la col

Qué bonito es viajar... y qué bonito es hacerlo uno solo (separatista, me llamarán algunos). No obstante, hay veces que no podemos escapar a las obligaciones familiares y en las que es nuestro deber como hij@s, niet@s, sobrin@s ir en plan happy-family. Y el problema no es que tengamos que ir todos juntos, sino tener que hacerlo en un mínimo espacio. El año pasado ya me quejaba de algo parecido, pero este año las variables contextuales han cambiado (poco, pero han cambiado). Así que una vez más, armándome de paciencia me enfrenté a tan encomiable hazaña: viajar con la familia

Nos ponemos en situación: un coche pequeño (coche pequeño típico del pueblo español -después del 600), en el que hay que mover a 3 pasajeros + 1 conductor. Las características de las personas son las siguientes:

  • Persona 1: entrando en cierta en edad, con carnet, pánico a conducir (ilógico, lo sé) y tendencia al mareo excepto cuando va delante. Su sentido de la orientación es nulo (eso sí, tiene el don de la oportunidad de decir es por aquí --> pero siempre es en el sentido contrario, con los consiguientes sustos que te da). Le suele doler todo: espalda, cadera, la música alta, el aire acondicionado (y no, no se trata de uno de mis abuelos).
  • Persona 2: joven, sin carnet, tendencia a la somnolencia. Su sentido de la orientación no sé cómo es, como siempre va viajando con Morfeo...
  • Persona 3: entrando en cierta edad, sin carnet, buen sentido de la orientación aunque con cierta mala uva, su frase favorita es "vosotros sabréis por donde es que ya fuisteis más veces". Cierto grado de pérdida auditiva, le gusta la música (cuanto más alta mejor, por aquello de que no oye).
  • Persona 4: joven, con carnet, sentido de la orientación dudoso tirando a malo. Sobreviviente en convivencias familiares.

Muy bien, descritos las cuatro personas que pueden optar a una plaza de pasajero/conductor, es la hora de adjudicar roles: piloto, copiloto, y los dos que irán sentados atrás. Si analizamos los datos... aparentemente es fácil:

  • Personaje 4= piloto ("poder" adjudicado por el Ministerio del Interio y el carnet expedido por Tráfico).
  • Personaje 1= copiloto (porque como lo mandemos atrás nos va a poner el coche bonito).
  • Personajes 2 y 3= les toca ir atrás...

Ahora analicemos las consecuencias de esta decisión:

Resultado: van las cuatro personas en un espacio reducido de unos 3m cuadrados, el piloto, joven y con lamentable sentido de la orientación, tiene que ingeniárselas él solo para adivinar por dónde ir (este año además por obras, hay tramos diferentes). A su lado lleva un copiloto que en situaciones de estrés y ansiedad (como la provocada por ir en coche) tiende a no ser capaz de leer los carteles, confundir la derecha con la izquierda, y decirte que te has equivocado de dirección cuando tú tiras desde Madrid para Barcelona... pero él se empeña en que vuelvas a Madrid (susto inicial, sueltas un taco y el copiloto te dice que él no quiere ir ahí --> claro, pero si no nos pringas todo). Si preguntas al pasajero 3 el camino... te dice su frase esa mítica de "vosotros sabréis..."
Por otro lado, a las 4 personas les gusta la música (vamos a omitir lo de los diferentes estilos musicales). Como el coche es cutrecillo, no tiene unos superaltavoces repartidos por lo que cuando los de delante lo escuchan, el de atrás (ligeramente sordo), no oye nada y pide subir el volumen. Cuando subes el volumen, el copiloto dice que está muy alto y que le provoca dolor de cabeza. Mientras tanto, todos gritan en el coche porque entre el sonido, el ruido propio del coche (si es que no es de los más nuevos) y el que está sordo... hay que levantar la voz. Entre que gritas y el aire acondicionado, dos horas después llegas a tu casa afónico perdido. Algunos se pensarán que por qué no apagamos la música, pues bien, porque 2 horas en silencio se te hacen eternars, y 2 teniendo que hablar a gritos (repito, el de atrás no oye) también es perjudicial.

Así que esto es como el acertijo famoso del pastor que tenía que transportar coles, conejos y lobos atravesando un río en una barca. Tu intentas que no se coman unos a otros... pero está claro que llegar a la solución no es fácil y que te lleva un tiempo encontrarla. Por el momento esta es la solución menos mala que he encontrado para que todos nos movamos juntos (eso hasta que me canse y diga que la próxima vez nos vamos todos en tren).

martes, 21 de julio de 2009

Delegaciones

Es importante aprender a delegar en la vida, pues si no acabaríamos saturados intentando hacerlo todo nosotros mismos. Así que tras un duro entrenamiento por parte de mi psicólogo personal (vale, no tengo de eso, lo confieso, pero queda tan cool) he practicado esta habilidad durante los últimos meses.

Así que me dije, muy bien, para tus vacaciones encárgale a otros que te arreglen el papeleo. Mientras yo me entretengo con cuestiones laborales (este año prolongadas más de lo habitual) se suponía que una agencia me tramitaría todo: alojamiento y planning para esos días en los que estaré fuera. La cuestión parece sencilla: yo pido a partir del catálogo lo que quiero y ellos teóricamente sólo tienen que marcar X en todo lo que digo y ofrecérmelo (comprendo que realmente el trabajo no puede ser tan fácil, pero bueno). Sin embargo parecer ser que este año las cosas se alían en mi contra, y he pasado de lo ideal... a aceptar lo único que en principio menos me apetecía. Y alguien se preguntará ¿y entonces por qué aceptaste y no cambiaste? --> Sólo diré que hay cuestiones económicas por medio tramitadas desde hace 4 meses que no me permiten a estas alturas demasiado margen de maniobrabilidad (suponiendo que esta palabra exista).

Continuamos, estaba esta agencia mía arreglándome todo... (hasta ahora siempre habían sido bastante rápidos y eficaces) y supuestamente hace 6 días mi documentación salía para mi casa (bueno, hace 6 y me dijo que la tenían ya con ellos desde hace 10). Desde entonces hago como los niños pequeños cuando están esperando ese regalo tan cutre que les dan por enviar 300 tapas de yogur (sí, todos hemos pasado por eso alguna vez): todos los días corriendo al buzón esperando ver el sobre con el logo... Y nada, eso que no llega y tu cabeza que comienza a darle vueltas al asunto ¿se habrán confundido de dirección? ¿la cartera no habrá pasado hoy por aquí? ¿me habrán engañado y estoy pagando a una empresa ficticia?--> bueno, después de 4 años también es extraño ¿mi buzón tiene un agujero negro que lleva los papeles a otra dimensión? Antes de llegar a la idea de que todo esto es una confabulación de la CIA y la Interpol, decido llamar a la Srta/Sra. Agencia.
- Hola... ¿Fulanita de tal?
-Sí, soy yo
-Ah, hola... Soy tal de cual, mira... te llamaba pq me extraña que no me ha llegado a estas alturas la documentación que me mandaste la semana pasada...
-Uy, si... cariño (en fin, que no nos conocemos por teléfono, no tenemos tanta confianza, pero no estamos como para tocar la moral) lo tengo encima de la mesa, es esta dirección.... ¿no?
-Sí, la dirección está bien.
-Es que la semana pasada tuvimos todo problemas y no pude echarlo al correo (--> a partir de ahora utilizaré esta excusa yo también). De todos modos, te vas el día 9 ¿no?
-No, me voy el 2
-Uy, pues te lo mando ya mañana (YA, a ver si es cierto porque a este ritmo...)
En fin, visto lo visto, imploro a Santa Paciencia (que estos días va a empezar a tener trabajo extra conmigo) le ruego que me envíe los papeles y empiezo seriamente a plantearme lo de vivir un par de días debajo de un puente, al fin y al cabo en verano no hace tanto frío y las paredes de piedra con un cuadro de Ikea seguramente queden bien... Conclusión, el próximo año me dejo de intermediarios (sé que digo esto ahora en caliente y para el año me dará pereza) y opto por no delegar (y ahora buscaré un equipo de psicólogos que me convenzan de lo contrario).

miércoles, 15 de julio de 2009

Des-organización

En épocas de crisis es importante reutilizar los materiales y los cacharros varios que tenemos por casa. Hoy me he dado cuenta de que tengo un calendario de este año todavía sin estrenar (imperdonable, me llamarían consumista por eso), así que pensando, pensando... tengo que buscarle alguna utilidad. Busquemos opciones:
  • Hay quien lo usaría para forrar los libros que se lleva en el metro (cutre, pero bueno y poco probable en mi caso)
  • otros para apuntar las citas varias: que si el dentista, el médico, felicitar el cumpleaños a tu madre para que no te desherede
  • apuntar los días que nos quedan para las vacaciones (he conocido casos que tienen controlados los días que faltan para verano ya en el mes de diciembre).
Como no soy fan de la primera opción (no leo en el metro, y cuando me llevo un libro por ahí es con todas sus consecuencias: si se le estropea la portada no pasa nada) y para la segunda tengo la alarma del móvil... Destinaré esas maravillosas hojas a contar los días que me quedan para irme (a esto se le llama espíritu de trabajo, sí señor). Así calculando a groso modo.. me llevo una y descuento un fin de semana... en 17 días naturales (que no laborables) estaré vaciando despacho (imprescindible para que a la vuelta no me den los siete males con tantos papeles por todos lados) y haciendo maletas (todo así a la vez, casi).

De todos modos por el momento es mejor no soñar despiertos y centrarse en lo que uno tiene que hacer --> He de decir que hasta ahora he cumplido pefectamente con esta máxima ya que a 15 días de irme no tengo claras muchas cosas: me parece que tengo la documentación en regla (algo es algo), tengo el pasaje comprado (hace un mes), aunque lo del alojamiento sigue siendo el tema incompleto. Con la misma es conveniente que empiece a ver el programa este del Superviviente (en Cuatro) porque de seguir así me veo durmiendo un par de noches debajo de un puente, haciéndome un refugio antimosquitos con bolsas del carrefour y yendo a pescar a un estanque de un parque con una caña improvisada hecha con el palo de una escoba (me voy a una ciudad, y hay que aprovechar los recursos que te proporcione el medio natural: malo será que no haya de eso en los contenedores).

En fin, a ver si me voy centrando (lo mismo dije hace 10 días) y voy cerrando detalles (percibo en mi cierta falta de planificación)... ups. Aunque si ni siquiera tengo un calendario actualizado con el día en el que vivo... ¿cómo voy a planificarme? Mal empezamos.

sábado, 4 de julio de 2009

De limpieza

En fin, se va acercando el verano (bueno, por el calendario ya llevamos unos 15 días en este periodo), lo que significa que en breves (vamos a definir el concepto "breve" como sinónimo de "un mes") empezarán las vacaciones. Así que mientras unos se dedican en esta época a guardar los jerseis del armario y sacar del trastero las camisetas, otros deciden que tienen que ir limpiando su apartamento de verano. Los que no tenemos dos pisos, ni hacemos intercambio de ropa (principalmente porque no tenemos tanta como para que no nos quepa toda junta en un armario), nos dedicamos a desempolvar el blog que tenemos especial para las vacaciones (oye, un blog en propiedad en época de crisis pues ya es algo).

Así que me he armado de paciencia, productos de limpieza y artilugios varios, y me he pasado un momento por aquí para ir quitando telas de arañas, abrillantar esto un poco y a ver si lo vuelvo a poner en funcionamiento. Eso sí, la pereza por el momento puede conmigo, espero irme desoxidando. Si estos días veis desde fuera la luz encendida y yo dando vueltas por aquí dentro, es porque aunque todavía no esté abierto al público estoy haciendo algunos preparativos para la inaguración. Espero poner pronto oficialmente el cartelito de "Abierto por vacaciones".